viernes, 2 de noviembre de 2007

¿Dónde Ir?

¿Dónde?, dime ¿Dónde?

Sonámbulo sangrante,

En millones de habitaciones,

En decenios de casilleros,

Donde su vida le ha llevado…

Perdido en los confines de su pensamiento.

Truncado.

Una y otra vez,

Amputado en su esencia

Llevando esta cruz de verdad absoluta y cristiana.

Vagas en atmósfera de inquietud.

De esta cadena de vida.

Que pesa en tus pupilas.

Sin descanso.

¿Dónde están las claves milagrosas?;

Que te lleven a pedestales quietos de

Tu espíritu luchador.

¿Donde están?;

Más allá de unos consejos de interés;

Que solamente como muchas veces;

Te hacen perder tu propio equilibrio;

Llevándote a los más profundo de los abismos;

Aun más dolorosos que esta propia soledad.

Dime ¿Dónde? hacia donde debo encaminar mis pasos perdidos

En estos inmenso laberintos del saber.

Una luz una miserable luz.

Que alumbre esta desolación.

Se quema mi carne y mi desesperación.

Que no espera en las vitrinas de algún almacén.

Desde hace varios años cargo mi cruz encadenada;

Desde hace varios años sentí;

Que mi vida y la vida;

Era difícil y una guerra táctica

Entre risas pervertidas

Que siempre existen…

Que me hace caer más abajo del infierno

No existe voluntad mutua en este maldito mundo…

Debo arrastra mi pobreza…

Mirando los estantes.

Sin alcanzar un mendrugo pan.

Para seguir encadenado a esta,

Inútil desesperación…

Sentir risas burlonas tan inútil;

Como la propia existencia;

Desde el alba hasta el atardecer.

Donde luz de madrugada,

Encaminar esta angustia;

Que arde en mi alma.

Ni el amor en su dulce melodía

Remedia mi inquietud

¿Donde ir? Donde

Que puerta tocar

En esta desesperanza

1 comentario:

Alicia Abatilli dijo...

Siempre hay puertas Gonzalos para tocar, la desesperanza tiene esa sutil costumbre de ser breve. Verás que mañana todo será diferente y encontrarás el lugar que añoras.
Saludos. Un gusto visitarte.
Alicia